sábado, 30 de marzo de 2013

Servir: Amor Verdadero

Un amigo que vivió en una comunidad de ayuda para drogadictos, en la provincia de Mendoza, Argentina, me mandó por mail el siguiente relato:
"Casi todos los días llegan nuevos candidatos para quedarse en la comunidad. Llegan principalmente por problemas con la droga, pero también vienen por pobreza o rehabilitación carcelaria; muchos de ellos llegaban con sida. Hace unos días llegó la policía con un joven que daba miedo. Yo estaba encargado en ese momento y lo dejaron en la sala de espera para que le hiciera la internación. El muchacho estaba todo sucio y harapiento. Pero lo que más me impresionaba eran sus ojos brillosos y perdidos. Por su manera de mover la cabeza notaba que estaba nervioso y fuera de sus cabales. Cuando la policía dejó el lugar me quedé muy asustado al ver a este despojo humano, que por unos segundos fijó sus ojos en los míos. YO SABÍA QUE TENIA QUE AYUDARLO,  de modo que me acerqué a él con cuidado. Ocurrió algo increíble: al saludarlo sentí que debía abrazarlo, y aunque suene extraño, lo hice. Entonces sucedió algo más extraño. Al abrazarlo, él también me abrazo fuerte y pude sentir su corazón. En ese instante me vino una sensación todavía más extraña. Pensé que él era Jesús, y tuve que ver su cara nuevamente.."
Mi amigo tiene razón. Cuando Jesús describió el día del juicio, dijo:
Entonces dirá el Rey a los que estén a su derecha: Vengan ustedes, a quienes mi Padre ha bendecido; reciban su herencia, el reino preparado para ustedes desde la creación del mundo. Por que tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; fui forastero, y me dieron alojamiento; necesité ropa, y me vistieron; estuve enfermo, y me atendieron; estuve en la cárcel, y me visitaron. Y le contestarán los justos: Señor ¿Cuándo te vimos hambriento y te alimentamos, o sediento y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos como forastero y te dimos alojamiento, o necesitado de ropa y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y te visitamos? El Rey les responderá: Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de mis hermanos, aún por el más pequeño, lo hicieron por mí.
Mateo 25:34-40

Mensaje del Pastor de jóvenes  Lucas Leys.

domingo, 10 de marzo de 2013

Delante de Dios

Un viejo vendía  juguetes en el mercado de Bagdad. Sus compradores, sabiendo que tenía la vista muy débil, le pagaban de vez en cuando con monedas falsas.
El viejo, que se daba cuenta del truco, no decía nada. En sus oraciones, pedía a Dios que perdonase a los que lo engañaban. "Tal vez tengan poco dinero, y quieran comprar regalos a sus hijos",  se decía.
Paso el tiempo y el hombre murió. Delante de las puertas del Paraíso, rezó una vez más:
-Señor!- dijo -. Soy un pecador. Cometí muchos errores, no soy mejor que las monedas falsas que recibí. Perdóname!
En este momento se abrieron las puertas y dijo una Voz:
-¿Perdonar qué? ¿Cómo puedo juzgar a alguien que, en toda su vida, jamás juzgo a los demás?

martes, 5 de marzo de 2013

La carrera cristiana

Por lo tanto, ya que estamos rodeados por una enorme multitud de testigos de la vida de la fe, quitémonos todo peso que nos impida correr, especialmente el pecado que tan fácilmente nos hace tropezar. Y corramos con perseverancia la carrera que  Dios nos ha puesto por delante. Esto lo hacemos al fijar la mirada en Jesús, el campeón que inicia y perfecciona nuestra fe. Debido al gozo que le esperaba, Jesús soportó la cruz, sin importarle la vergüenza que esta presentaba. Ahora está sentado en el lugar de honor, junto al trono de Dios. Hebreos 12:1-2

La vida cristiana se compara con una carrera, con esto en mente tenemos que considerar que no es una carrera corta, sino que es una de larga distancia.  A veces, mientras corremos esta carrera, vas a sentir desánimo por las circunstancias o por lo que otros dicen de vos. Pero así como todo  buen corredor tenemos que mantener los ojos en el premio, también tenemos que pensar la carrera cristiana de la misma manera. Debemos mantener en mente por quién y para quién  estamos corriendo: Jesucristo. Necesitamos concentrar la mirada en Jesús!

Yo una vez leí una historia en uno de mis devocionales, en el que una cristiana que sobrevivió a los horrores de los campos de concentración de Hitler decía : "Mira hacia adentro y quedarás deprimido. Mira hacia afuera y quedaras angustiado. Mira a Jesús y obtendrás descanso"
Dios nos va a guiar hasta el fin. Él nos da esta promesa: Y estoy seguro de que Dios, quien comenzó la buena obra en ustedes, la continuará hasta que quede completamente termina el día que Jesús vuelva. (Filipenses 1:6)  Quedate tranqui, todos vamos a pasar por ciertas circunstancias en la que solo queremos rendirnos, pero así no es esto! Un cristiano nunca cuelga la toalla, siempre sigue adelante ;)
Además Dios tiene el control de todo, él ya sabe como va a terminar tu carrera, vos correla con paciencia y fijá la mirada en él porque nunca se va a dormir el que te guarda.
Bendiciones (: