lunes, 10 de diciembre de 2012

(Basado en el libro "Una Vida con Propósito" por Rick Warren)


1La vida es una prueba.

Dios prueba una 

y otra vez el carácter, la fe, la 

obediencia, el amor, la integridad y la 

lealtad de las personas. Términos como 

tribulaciones, tentaciones, pruebas y 

purificaciones se repiten cientos de 

veces en la Biblia. Dios probó a Abraham 

cuando le pidió que ofreciera a su hijo 

Isaac. También a Jacob cuando tuvo que 

trabajar más años de lo previsto para 

ganarse a Raquel como esposa. El 

carácter se desarrolla y manifiesta por 

medio de las pruebas. La vida en sí, 

toda, es una prueba. Cada vez que 

superas una prueba, Dios toma nota y 

hace planes para recompensarte en la 

eternidad.

2La vida es un encargo. 

Nuestro tiempo 
en la tierra, nuestro ímpetu,inteligencia, 
belleza, oportunidades, relaciones y 
recursos son todos dones que Dios nos 
ha confiado para cuidar y administrar. 
La verdad es que no poseemos nada. 
Dios nos presta la tierra mientras 
estamos aquí. Se la dará a otros cuando 
muramos. Él es el dueño, nosotros solo 
somos administradores. Según la 
parábola de los talentos, al final de tus 
días serás evaluado y recompensado de 
acuerdo a la manera en que uses lo que 
Dios te confió.

3La vida es una asignación temporal.
 La Biblia compara constantemente la 
vida en la tierra con vivir en un país 
extranjero. Este no es tu hogar 
permanente o tu destino final. Estás aquí 
de paso. Imagina que tu país te pidiera 
que fueras embajador en una nación 
enemiga. Tendrías que aprender un 
nuevo idioma, nuevas costumbres y 
otras cosas para cumplir tu misión. Pero 
si comienzas a adaptarte mucho y lo 
prefieres a tu patria, serías un traidor. 
No somos completamente felices acá, 
porque no se supone que lo seamos. 
Hemos sido creados para algo mucho 
mejor. 
Cuando tienes esta perspectiva en tu 
mente, comenzarás a tomar decisiones 
basadas en el largo plazo y no en el 
corto plazo. La vida es corta y hay que 
aprovecharla, es cierto. Pero eso no 
significa que debas comer, beber, y 
tener relaciones ilícitas. Al contrario, 
significa que debes ser generoso con 
todos y esperar en Dios, porque cada 
cosa que hagas tendrá una repercusión 
en la eternidad. Si ignoras a Dios y 
hieres a los demás viviendo 
egoístamente, no esperes una gran 
recompensa cuando mueras. Siempre 
ten en cuenta que esta vida no lo es 
todo, y que algún día tendrás que dar 
cuenta de todos tus actos, sean buenos o 
malos (Ef. 3:18-21).

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